Autores Exitosos: Dr. Awilda González-Tejera

Por primera vez en nuestra serie de Autores Exitosos, presentamos este blog sobre la Dra. Awilda González-Tejera, autora del nuevo libro Lo Que Dios No Sabía (un estudio del libro de Oseas, investigando cómo los israelitas no incluyeron a Dios en los asuntos de gobierno). ¡Será publicado en inglés y español! La Dra. González-Tejera (quien tiene una carrera enseñando en las áreas de las cartas de Pablo y el Nuevo Testamento en lugares como el Seminario Fuller en California y Texas, y el Seminario General de Teología en Nueva York) ha dedicado su vida a enseñar la Palabra de Dios en cualquier contexto o lugar que Dios provee. Ella está dedicada a entrenar sus estudiantes y el pueblo de Dios en los principios de la Palabra de Dios. ¡Después de sólo una conversación se puede decir que nuestra buena doctora se dedica a la enseñanza!

Mientras discutimos su libro más reciente, Lo Que Dios No Sabía (ya publicado en español y que pronto será publicado en inglés), ella expresó su visión para el propósito de este libro. “Se trata sobre cómo tener una relación con Dios en la que podemos consultarle nuestros asuntos, incluso aquellos que, por alguna razón, quisiéramos esconderle, y sobre cómo tomar decisiones de acuerdo a su voluntad. Es interesante que podemos mantener una relación de oración y búsqueda de Dios, pero a la misma vez puede haber alguna área, preocupación o tentación que no nos atrevemos llevar a su presencia. Lo que no consultamos con Dios es lo que nos puede llevar a tomar decisiones equivocadas que afectarán nuestras vidas. Otro punto importante de este libro es que decidí escribirlo porque mucha gente que vino a mis conferencias me pidieron que escribiera temas motivaciones sobre la vida cristiana con una base bíblica sólida. Necesitamos una profunda comprensión de la Biblia. Este libro provee un mensaje divino y profundo llevado al formato simple de lo terrenal. También incluí en mi libro experiencias de la vida—experiencias personales y de otras personas—para ilustrar los principios presentados en el libro.”

Mientras empezamos nuestra conversación, pregunté, “¿Qué experiencia cambió el curso de su vida?” y la doctora respondió, “En primer lugar, mi conversión a Cristo. Sin embargo, hay otra experiencia que cambió mi vida. Dios me permitió viajar a varios países que son muy pobres, como Haití y la comunidad de los indios guarao en Venezuela, y trabajar con la gente allí. Ellos viven en una pobreza extrema, pero adoraban a Dios con tanta alegría y pasión. Eso fue hace veinte años. Aprendí como ellos adoran y sirven a Dios aun sin tener las cosas materiales que nosotros llamamos bendiciones de Dios. Cuando regresé de esos viajes misioneros, me di cuenta que aprendí a apreciar las bendiciones que Dios me había dado más que antes. Debemos adorar y servir a Dios, aun si no tenemos esa clase de bendiciones. Estas experiencias  cambiaron mi vida y mi adoración.”

Debido a su experiencia en escribir libros, tanto en materia teológica y sobre la vida cristiana, le pregunté, “¿Cuál es su método de escritura cuando se inicia un proyecto?” Ella explicó, “A veces es fácil si me piden que escriba sobre un tema en específico, como el libro sobre las cartas paulinas. Otras veces, como fue con mi libro reciente, tengo que tener una idea clara de lo que quiero escribir. Tiene que captar mi atención particular. Después de obtener la idea principal, me pregunto a mí misma ‘¿Cuál es el propósito de este libro?’ Entonces hago un esquema o bosquejo. Tienes que tener un mapa, desde donde el libro empieza a dónde termina.”

Cuando le pregunté, “¿Cuál es el evento de la vida más importante que has tenido?” ella reflexionó, “…ser madre. Pienso que muchas mujeres estarán de acuerdo conmigo en que el acontecimiento más importante no es llegar a una meta profesional, ministerial o financiera, sino ser madre. Cuando tuve a mi primer hijo, mi vida cambió por completo. Ser madre es la alegría más grande y la responsabilidad más grande—de criar a este niño y enseñarle a  amar a Dios y vivir para Dios. ¡Es lo más importante!”

Procedí a preguntarle, “¿Qué mensaje deseas compartir con la historia de su vida?” Ella respondió, “Conocer a Dios no es un concepto intelectual—es una experiencia de vida. Se inicia con la conversión a Cristo, pero es también es una forma y proceso de vida. Si usted lee Filipenses 3, Pablo dice que quiere conocer a Cristo y el poder de su resurrección. ¡Esa es la esencia de mi vida—conocerle! Y todo lo que implica—la búsqueda de mi vida—conocerle.”

Le pregunté a la Dra. González-Tejera, “¿Qué le diría a otros acerca de su relación con Cristo que les inspiraría?” Después de un momento, dijo: “Debemos vivir cada día de nuestra jornada cristiana presentando a Dios nuestras vidas y nuestro ser. En Cristo, Dios nos ha dado la dignidad de una nueva vida. Esto nos hace lo que somos, pero vivir de acuerdo al plan de Dios depende de nosotros. Dios ha hecho su parte y ahora tenemos que hacer nuestra parte. Tenemos que elegir a Dios en todas las oportunidades de la vida.”

Cuando llegué a mi pregunta especial, “¿Qué le gustaría que escribieran en su lápida que resume su vida?” ella reflexionó un momento y dijo: “Ella amó a Dios apasionadamente y le sirvió con todo su corazón, alma y fuerzas.”

Queriendo indagar más profundamente en el corazón de esta teóloga, le pregunté, “¿Qué le inspira?” Habló apasionadamente mientras proclamó, “La Palabra de Dios y la presencia de Dios en mi relación diaria con él—la manera en que él trata conmigo.”

Sabiendo lo que significa la Palabra para ella, le pregunté, “¿Cuál es su escritura tema y por qué?” Ella estuvo  atrapada en el pensamiento unos segundos y luego respondió, “Romanos 8:26, 27—‘Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.’”

Ella expuso, “Es la intercesión del Espíritu la que nos ayuda cuando estamos en necesidad. Este es un mensaje muy poderoso. El Espíritu de Dios intercede por nosotros y nos da seguridad de lo que tenemos en Cristo. ”

Siendo ella parte de la comunidad hispana, le pregunté a la Dra. González-Tejera qué cosa ha encontrado diferente en su cultura de lo que observa en la cultura americana. Ella expresó, “Nosotros los hispanos somos muy apasionados. Expresamos fácilmente nuestras emociones, incluyendo a Dios. En mi relación con Dios, yo le expreso abiertamente mis sentimientos y emociones—él trata conmigo con pasión.”

A medida que estuvimos acercándonos al final de la conversación, le pregunté, “Al llegar al cielo, ¿qué es lo que quiere oír al Señor decirle a usted?” Ella dejó escapar un suspiro de satisfacción y susurró, “Entra en tu descanso, sierva buena y fiel.”

Al reflexionar sobre nuestra conversación, sentí una cosa importante: ella ama a nuestro Dios con toda su mente, alma y espíritu. Ella lo busca en su adoración y en la vida diaria para que él esté satisfecho con sus decisiones, ¡porque él está en el centro de todas ellas!

Eso se escuchó fuerte y claro—¡La Dra. González-Tejera ama al Señor con pasión!